29 Jul
29Jul

Un lince levanta su cabeza en medio de la dehesa. Sus orejas puntiagudas se pueden identificar entre los arbustos. El animal empieza a avanzar sigilosamente y captura una perdiz. Esta escena, relativamente habitual en ciertos lugares de la Península Ibérica, parece un milagro si nos acordamos de la situación de este felino 20 años atrás. Lo que se ha hecho para recuperar las poblaciones de este animal en peligro de extinción es un ejemplo de éxito parcial indiscutible.

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