La planificación empresarial consiste en establecer objetivos realistas y alcanzables tanto en el corto como en el largo plazo.
Es necesario analizar cuál es la situación de la empresa e identificar las necesidades que tiene en la actualidad y aquellas que le surgirán el día de mañana.Cuando se desarrolla una hoja de ruta para la empresa, se optimiza considerablemente el funcionamiento de la misma.
Tanto la alta dirección como los trabajadores tendrán claro el destino de la corporación y los beneficios de alcanzarlo. De esta forma, se podrá evaluar la trayectoria y el trabajo de cada empleado para estudiar si se dispone de una plantilla eficiente y lo suficientemente productiva como para hacer crecer a la empresa.
Sumado a esto, es importante seleccionar bien las metas a alcanzar si no queremos obtener un resultado adverso. Establecer objetivos inalcanzables o muy difíciles de conseguir puede derivar en situaciones de tensión y frustración entre los miembros de la plantilla, desequilibrando por completo el funcionamiento de la empresa.