Al igual que millones de otros pequeños agricultores de Malawi, Margaret Andiseni depende de su tierra para ganar un ingreso. Se trata de una ocupación cada vez más imprevisible. A la vez, los desastres fruto de un clima cada vez más extremo —desde inundaciones y sequías a tormentas cada vez más fuertes— van en aumento y consigo traen devastación.Debido al crecimiento demográfico, la urbanización y la degradación del medio ambiente, la producción de alimentos en las áreas rurales es cada vez más dificultosa y va en deterioro, lo que provoca una pérdida de bienes e incluso de vidas.