29 Jul
29Jul

El complejo encaje parlamentario que ha dejado a su paso el 23-J tendrá un profundo impacto en la economía española. El más que probable vacío de Gobierno hasta bien entrado el último trimestre del año, impedirá que el Ejecutivo en funciones pueda aprobar la batería de leyes necesarias para apuntalar la marcha de la economía. Tampoco podrá comenzar a elaborar unos Presupuestos -los de 2024- claves para un año plagado de incertidumbre. A ello se añaden las dudas que generan en los agentes económicos los posibles cambios legislativos fruto del entramado de pactos que podría urdir Pedro Sánchez con Sumar, ERC, Bildu o el PNV. "Los Presupuestos Generales del Estado para 2024 se van a poder aprobar, en el mejor de los casos, con un fuerte retraso, y si se volvieran a incorporar subidas adicionales de impuestos, las expectativas y la desconfianza de los agentes se podría agravar aún más", explica el director general el IEE, Gregorio Izquierdo.Es -este- el gran riesgo. El retraso en la reacción política incidirá directamente sobre el poder adquisitivo de los hogares. "Corremos el riesgo de que la brecha que nos separa del resto de la Unión Europea termine por aumentar. En estos años, países como Malta, Eslovenia o Lituania nos han pasado en cuanto a PIB per cápita,  y España se está quedando atrás. El modelo instaurado por Sánchez hace imposible un incremento sostenible del empleo y de la productividad, fundamentales para incrementar la riqueza personal", afirma Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista y presidente de Freemarket. Salvador Marín, presidente de la Federación Europea de Contables y Auditores para Pymes, apuntala la idea, "Sin estabilidad institucional es muy difícil reducir el gasto público o redireccionarlo hacia la economía para ganar productividad".

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