El 15 de noviembre de 2022, la población mundial total superó la marca de 8.000 millones de personas. Para pasar de 7.000 a 8.000 millones se necesitaron tan solo 12 años, lo cual reavivó los antiguos temores asociados a un rápido crecimiento de la población: escasez de alimentos, desempleo galopante, agotamiento de recursos naturales y degradación descontrolada del medio ambiente.No obstante, el reto demográfico más extraordinario que enfrentamos ya no es el rápido crecimiento de la población, sino su envejecimiento. Una buena preparación —que combine cambios de comportamiento, la inversión en capital humano e infraestructura, reformas políticas e institucionales e innovaciones tecnológicas— puede ayudar a los países a superar este reto y aprovechar las oportunidades que brinda el cambio demográfico.En realidad, el fantasma de la explosión demográfica mundial se ha desvanecido (o mejor, se ha esfumado de forma natural). La tasa de crecimiento de la población mundial ha disminuido notablemente en las últimas décadas y se proyecta que siga desacelerándose (véase el gráfico 1, página 61). Aunque India supere a China como país más poblado del mundo, su tasa anual media de crecimiento de la población se proyecta en 0,7% para el período 2020–40, un porcentaje inferior al promedio mundial, de 0,8%, y solo la mitad de la tasa registrada en 2000–20. Las actuales proyecciones de la ONU también indican un aumento en el número de países que experimentan una disminución anual de la población; de 41 en 2022 a 88 en 2050 (China incluida en todo el período).